17 DE FEBRERO 2021Perú, que viene de sufrir una de sus peores crisis política en noviembre de 2020, ahora vive un nuevo terremoto político provocado por la revelación de que cientos de funcionarios se vacunaron de manera anticipada, algunos desde octubre, en un país que recién inició la inmunización de su personal médico esta semana.
El gobierno y la fiscalía de Perú están investigando la vacunación a escondidas con dosis del laboratorio chino Sinopharm a 487 funcionarios de alto rango, en un escándalo que ha costado la renuncia de dos ministras y que podría empañar las compras de fármacos en pleno rebrote de la pandemia.
Perú está sumido en un escándalo de presunta corrupción en plena segunda ola de la pandemia en medio de la campaña de las elecciones de abril, que inicialmente involucraba al ex mandatario Martín Vizcarra (2018-2020), pero se extendió al actual gobierno.
El presidente Francisco Sagasti afirmó la noche del lunes en un mensaje televisado que entre ellos figuran su renunciante ministra de Salud, Pilar Mazzetti; además de su ministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete, que había confesado más temprano el hecho y también dimitió al cargo.
La ministra de Salud peruana que dirigió las labores de lucha contra el COVID-19 durante la mayor parte de la pandemia, recibió en secreto vacunas de “cortesía” de Sinopharm mientras se evaluaba su idoneidad, una revelación que agrava aún más el ya dramático caso del vacunagate en el país.
“487 personas, entre ellas muchos funcionaros públicos, aprovecharon su posición para ser inmunizadas con las vacunas [chinas] de Sinopharm que llegaron en complemento a aquellas que se utilizaron en los ensayos clínicos” en Perú, dijo Sagasti este lunes.
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