Jessica Batalla Mayoral, responsable del grupo de investigación, explicó que en esta búsqueda de conservación del suelo se estudia el efecto de bioplaguicidas desarrollados a partir de nemátodos entomopatógenos (NEP), capaces de infectar y matar insectos plaga que atacan los cultivos.
Estos NEP pertenecen al phylum nematoda y son miembros de las familias Steinernematidae y Heterorhabditidae. Se han registrado a nivel mundial alrededor de 100 especies de Steinernema y 26 de Heterorhabditis. Los NEP Steinernema y Heterorhabditis son parásitos de lepidópteros, coleópteros y ocasionalmente de ortópteros, dípteros e himenópteros. Steinernematidos y Heterorhabditis viven en simbiosis con bacterias Gram negativas del género Xenorhabdus y Photorhabdus, respectivamente, las cuales son su mayor fuente de alimento.
Los NEP invaden a los insectos huésped a través de sus orificios naturales (boca, ano y traquea) o directamente, a través de la cutícula. Una vez que entran a los insectos huésped encuentran condiciones óptimas para su reproducción. Las bacterias producen toxinas y otros metabolitos, para vencer los mecanismos de defensa del insecto y producir su muerte en cerca de dos días después de la invasión por NEP.
Biológicamente hablando, prosiguió Batalla Mayoral, los NEP son un enemigo natural que tiene una buena eficacia por su acción de hasta dos meses en cultivos agrícolas, en comparación con productos químicos. Por lo anterior, pueden usarse como controladores biológicos debido a su pronta respuesta y eficacia en control de plagas.
“Estos organismos microscópicos son enemigos naturales y depredadores de las plagas; sin embargo, necesitan de ellas para reproducirse y multiplicarse. No son patógenos para otras especies y no son dañinos para el medio ambiente ni para el ser humano”, detalló Batalla Mayoral, doctora en Tecnología Avanzada por el Instituto Politécnico Nacional.
La académica del Complejo Regional Centro comentó que además de trabajar con nemátodos entomopatógenos comerciales, se aislarán estos agentes de control biológico del suelo de la región de Los Reyes de Juárez, con el fin de optimizar la eficiencia del bioinsecticida en cuestión, el cual se probará en el control de plagas de gallina ciega y mosquita blanca en cultivos de brócoli.
De manera previa, se llevan a cabo experimentos en el laboratorio sobre las características fisicoquímicas y biológicas del suelo. También se estudiará cierto tipo de plagas (gallina ciega y mosquita blanca), de cultivos y de nemátodos a utilizar, así como el periodo idóneo para asperjar el insecticida biológico.
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