Enfrentamientos feudales y pérdida de control por parte de Putin: las consecuencias en Rusia de la rebelión de Prigozhin, jefe del grupo Wagner

Amalia Zatari y Andrei Goryanov
BBC News Rusia
Dos días después del primer levantamiento armado a gran escala en la Rusia de Vladimir Putin, las ganancias de los implicados siguen sin contabilizarse, mientras que las pérdidas sufridas están a la luz.
La imagen que la opinión pública rusa tenía sobre la capacidad del mandatario para equilibrar los intereses de las élites y, en general, gestionar las disputas, ha quedado en entredicho.
Asimismo, el Kremlin ha perdido el monopolio de la violencia y esto parece devolver a Rusia a una situación “peligrosa e impredecible”.
La BBC preguntó a analistas y expertos en Rusia cómo se ha llegado a esta situación.
Recapitulando la historia
Los acontecimientos que se desarrollaron entre el viernes y el sábado, cuando Yevgeny Prigozhin, fundador del grupo de mercenarios Wagner, anunció la “marcha de la justicia” sobre Moscú, para exigir la dimisión de la cúpula militar del país, fueron la culminación de la reciente tensión creciente con el Ministerio de Defensa.
El motín terminó tan abruptamente como empezó: los mercenarios ocuparon la ciudad de Rostov del Don y marcharon por varias regiones hacia la capital, pero entonces Prigozhin decidió repentinamente hacer retroceder sus columnas tras una llamada del presidente bielorruso Alexander Lukashenko.
Este giro de 180 grados fue percibido por muchos como una puesta en escena, cuando no como un circo. Sin embargo, politólogos y expertos entrevistados por la BBC coincidieron en que no fue un montaje. Lo más probable es que todo lo ocurrido en los dos últimos días sea reflejo de la situación interna del país, declaró el profesor de la Universidad de Helsinki (Finlandia), Vladimir Gelman.
“Es extremadamente difícil escenificar tales acontecimientos. Se requeriría de buenas dotes de dirección e interpretación por parte de los implicados”, dijo.
Prigozhin tiene apoyo
La decisión de iniciar una insurgencia no fue tomada por Prigozhin en solitario, sino con apoyo fuera de Wagner, afirmó el investigador de la Universidad de Princeton (EE.UU.), Eugene Roshchin.
Prigozhin, un hombre de negocios con antecedentes penales, construyó una gran empresa militar privada y reclutó a personas con experiencia en combate, recordó el experto a la BBC.
“Algunas de las unidades más importantes de Wagner están comandadas por oficiales reputados. Conseguir su apoyo ya es un gran negocio. Así que lo ocurrido no se trata sólo de las ambiciones de Prigozhin, sino que expuso el apoyo que logró en los círculos de oficiales”, agregó Roshchin.
El analista añadió que es muy posible que los oficiales contratados por Wagner tuvieran contactos en el Ministerio de Defensa, en los servicios de inteligencia y en otras fuerzas, donde también es muy posible que haya gente descontenta tanto con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, como con el estado del ejército ruso en general.
En opinión de Gelman, la decisión de Shoigu de obligar a los miembros grupo militar ruso que combaten en Ucrania a firmar un contrato con el Ministerio de Defensa podría haber disparado el motín.
El decreto ministerial fue rechazado por Prigozhin, quien llegó a decir que “ninguno de los combatientes de Wagner está dispuesto a seguir el camino de la vergüenza, y por lo tanto ninguno firmará contratos”.
“Para Prigozhin, la opción de perder su autonomía y que sus unidades pasaran a ser controladas por el Ministerio de Defensa era inaceptable. Entonces se vería privado de gran parte de sus recursos y de su influencia política“, afirmó el catedrático.
Sin embargo, si la rebelión de Prigozhin fue impulsada por su deseo de defender la estructura que creó, no tuvo éxito, señaló el analista político. El Kremlin informó el sábado por la noche que los miembros de Wagner que no participaron en la rebelión firmarán contratos con el Ministerio de Defensa.
“No se puede seguir así”
Con su motín, Prigozhin exteriorizó un sentimiento que lleva tiempo gestándose en diversos círculos de la sociedad rusa: la “operación militar especial” en Ucrania, como siguen llamándola las autoridades rusas, no puede continuar como hasta ahora, expuso el profesor y filósofo político Grigory Yudin.
“Prigozhin está combinando piezas de diferentes discursos. Puede ser un discurso radicalmente militarista -no podemos seguir así, empecemos a luchar en serio, de forma organizada y agresiva- o un discurso más pacificador -no podemos seguir así, debemos negociar, sobre todo porque ha resultado que no somos capaces de luchar”, explicó Yudin.
Advirtió que es demasiado pronto para calificar las acciones de Prigozhin como un intento de poner fin a la guerra, pero concedió que los sucesos han sacado a la luz el creciente escepticismo que hay la sociedad rusa sobre la marcha de la invasión, y sobretodo las dudas sobre que Putin sepa lo que está haciendo.
“La gente tiene ideas diferentes sobre cuál es el error de Putin”, dijo Yudin.
“Hay quienes piensan que no debería haber empezado la guerra en primer lugar, otros que piensan que el país no está preparado para pelear. Y hay quienes piensan que no se puede ir a la guerra con semejantes líderes militares. Sin embargo, (Putin) lleva año y medio haciendo lo mismo, contándo cuentos de hadas a la gente. Y el estado de ánimo general es de hartazgo y Prigozhin lo exteriorizó”, agregó.
INFORMACION: BBC NEWS MUNDO