MIAMI — El trayecto que va desde la Pequeña Habana hasta South Beach captura la amplia gama del paisaje topográfico de Miami. Aquí estoy en la autopista elevada, al igual que millones de frustrados miamenses en hora pico, mientras la MacArthur Causeway me guía por los distritos de la ciudad.
Desde Brickell hasta el barrio de Overtown, paso por construcciones nuevas y antiguas. Los edificios de lujo asentados sobre el agua. Eventualmente, llego a Miami Beach y el Océano Atlántico. En el cielo, una combinación de patrones meteorológicos baila junta, en total contradicción. Por un lado, se avecina una tormenta y por el otro, vemos un despejado cielo azul. Una contradicción. Así es Miami.
Vuelvo a la autopista y de repente, salto de mi asiento al escuchar un grito desde el asiento del conductor. “¡Mira!”, dice Alejandro, el conductor de Uber de nacionalidad colombiana, señalando hacia la valla con la alegría de un niño. “¡Ahí está!” Efectivamente. Ahí está. Lionel Messi, el fichaje récord del Inter Miami (y Major League Soccer) en todo su esplendor, con el negro y rosado que realzan el afiche, dándole la bienvenida al sur de la Florida.
“Bienvenido, Leo”, dice Alejandro saludando a la valla publicitaria como si le hablara a un familiar que llegó para quedarse. En cierto sentido, no se equivoca.
(CON INFORMACION DE ESPN DEPORTES)